«La Globalización, el Desarrollo Económico y TU FELICIDAD»

9 noviembre del 2016. Una mañana de un día nublado de primavera. Hoy me entero de la nueva noticia, Donald Trump será el nuevo presidente de los Estados Unidos. Los sondeos y las encuestas nuevamente se habían equivocado. Contra todo pronostico un personaje polémico con declaraciones contorvertidas en economía, política migratoria y por sus opiniones acerca de las mujeres llega a la casa blanca.

El mundo cambia, cambia muy rápidamente. Un sustrato de descontento social oculto hasta hace muy poco en los corazones norteamericanos aflora a la superficie. El planeta entero se sorprende de los resultados electorales en los Estados Unidos. El proteccionismo cobra fuerza en la primera potencia mundial. No es el primer giro en esta dirección, sólo unos meses atrás el 23 de junio Reino Unido votaba su salida de la Unión Europea.

Ambas naciones tienen unas cifras de desempleo envidiables que no sobrepasan el 5%, sin embargo, las urnas decieron el cambio. Sentimientos de derrota por la pérdida de oportunidades y riqueza, añoranza y melancolía por un pasado mejor donde los salarios eran mas altos y los empleos mas seguros han términado por convencer a la poblacion de los dos países anglosajones para optar por modelos y gobiernos que frenen la fuerte inmigraciòn que tanto Reino Unido como Estados Unidos han tenido en las últimas décadas.

Todos esto sentimientos han ido, día sí día tambien, alimentando el peor de los fantasmas que puede tener una nación: «EL MIEDO AL FUTURO». Este miedo ha condicionado el voto de dos naciones que han terminado viendo en la inmigración la pérdida de todo explendor pasado y la causa de todos sus males. El miedo es un fantasma perverso que comienza robando la ilusión por un futuro mejor y termina aislándones de nuestros semejantes y nos hace encerrarnos en nosotros mismos.

Gobernados por el miedo a perder lo que tenemos centramos todos nuestros esfuerzos en defender «lo nuestro» y nos convertimos en personas conservadoras en nuestras acciones. El miedo es una emoción que nos atrapa en el pasado, nos arrebata nuestro presente y convierte en una pesadilla la visión del futuro.

El miedo, al diferente en un primer momento y al otro en un segundo momento, reduce nuestro cículo de confianza a unos pocos amigos y familiares.

Pensar que la identidad de una nación es algo inamovible e inalterable es ir contra la historia y contra la naturaleza de las cosas. La identidad tanto a nivel personal como de un colectivo es algo que se construye en cada día, en cada momento.

El futuro pertenecerá de aquellas naciones capaces de afrontar los cambios en sus formas de vida y hayan sabido extraer riqueza de la diversidad de identidades individuales.

Las guerras, las crisis económicas, el hambre y las desiguales condiciones de vida de los países son factores que generan dramas humanitarios que expulsan a las personas de los países en busca de un futuro mejor.

El planeta clama por el cambio. Un mundo sin pobreza donde cada país pueda ofrecer oportunidades a sus ciudadanos es la que se me antoja como mejor solución posible a una economía globalizada.

La cultura es una segunda piel que nos acompaña toda la vida y es realmente difícil de modificar o alterar. Cada cultura es portadora de sus propias creencias, valores que en ocasiones generan conflictos con otras culturas que tienen diferentes principios y reglas del juego.

Acciones como las llevadas a cabo por Reino Unido y Estados Unidos de América son acciones guiadas por el miedo y encaminadas a proteger sus intereses. Pero, no se puede frenar una gran ola con un pequeño dique de contención. La economía globalizada necesita de estructuras políticas mundiales que generen el desarrollo de las naciones. La inmigración es consecuencia de la falta de oportunidades y la imposibilidad de responder, por parte de los países nacionales, a las inquietudes vitales de los ciudadanos que los habitan. Casi nadie quiere abandonar su tierra si esta es capaz de satisfacer sus más profundos anhelos.

Se necesita construir con urgencia una visión global de desarrollo económico donde se abandone el principio: «yo gano tu pierdes» y  se sustituya por otro que diga: «yo gano tu ganas». En economía, existe una rama que se llama «Teoría de juegos», la peculiaridad de la misma es que incorpora en el marco de decisión del individuo las supuestas respuestas de los otros agentes que intervienen en la situación. En Teoría de juegos existe un dilema descrito por Garrett Hardin en 1968 y denominado «Tragedia de los comunes», donde se describe una situación en el cual varios individuos, motivados sólo por un interés personal y actuando independientemente pero racionalmente, terminan por destruir un recurso compartido limitado aunque a ninguno de ellos, ya sea como individuos o en conjunto les convenga que la destrucción suceda. No se puede construir una globalización donde cada país se guíe únicamente guiado por sus propios intereses y no tenga  en cuenta los intereses del conjunto de las naciones del planeta. La globalización implica colaboración mundial, es insostenible un modelo donde la economía se construya al margen de millones de personas marginadas, y sin opción, a poder desarrollar su potencial.

¡Todos podemos hacer algo!, la auténtica felicidad se construye venciendo los miedos que nos separan y viendo en los ojos de los que nos acompañan, un aliado, un amigo, con el que construir un mundo mejor para vivir. ¡Qué tengas un buen día!

 Escrito por: Alejandro Negueruela Azarola para refexiones y cuentos para una vida feliz

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